Entre las provincias castellanoleonesas de Burgos y Valladolid han existido tensiones de carácter político y económicas que, en los últimos años, se han visto trasladadas al ámbito deportivo, concretamente al ámbito futbolístico. El pasado fin de semana, 24 de febrero de 2024, Sergio Delgado fue asesinado de un único golpe en la cara en la capital burgalesa, el motivo aparente, ser de Valladolid.
Pero la Criminología nos hace ir más allá. Todavía con la investigación en curso, podemos ir vislumbrando que hay mucho más detrás de un simple asesinato xenófobo. En este caso nos encontramos con el parapeto ideológico de la rivalidad deportiva pero que, al parecer y, según la Policía Nacional, enmascara motivos ideológicos políticos ya ambos equipos tienen grupos hinchas que se posicionan en extremas de izquierda y derecha. Sin embargo, los comentarios de representantes políticos de ambos bandos nos hacen cruzar el límite de los delitos de odio por ideología (política o deportiva) para poner el foco en un problema de bandas, de criminalidad juvenil y es ahí donde la Criminología debe, forzosamente, intervenir para analizar una situación que requiere de análisis, prevención, intervención y tratamiento desde un punto de vista holístico e integral.
El asesinato de Sergio Delgado, de 32 años, a manos (supuestamente), de José Luis Novoa Ibáñez que, se sospecha, usó en la agresión un arma de de fuerza o refuerzo (como un puño americano, por ejemplo), lo será si se confirma esto último, ya que pasaría de ser un homicidio imprudente a, efectivamente, un asesinato.
El presunto asesino, de 23 años, es la punta del iceberg de un problema de mayor calado que necesita de un abordaje amplio, profundo y multidisciplinar donde la Criminología no puede ni debe faltar.
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Foto tomada del Diario de Valladolid (escena del crimen)