La mutilación genital femenina es un fenómeno muy extendido en países de África y Asia que, debido a la globalización y el traslado de personas a otras regiones, se está empezando a realizar en otros continentes. En muchos de los países en los que se practica no es considerado delito por lo que no está perseguido ni condenado. Más de doscientos millones de mujeres vivas en la actualidad han sufrido esta práctica en el mundo.
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