El fatídico suceso ocurrió alrededor de las 4:40 de la madrugada del martes, cuando miembros del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil realizaban un control antidroga en la autopista AP-4, dirección a Sevilla. Según los investigadores, un conductor de camión reaccionó de forma brusca a las indicaciones de detenerse, desviándose hacia el arcén y arrollando todo a su paso. En su defensa, el conductor alegó que no había visto el control, según fuentes judiciales.
Inicialmente, se barajó la posibilidad de que el accidente fuera resultado de la fatiga, el sueño o la distracción del conductor. Sin embargo, las investigaciones se han expandido para examinar el contenido del camión, sugiriendo posibles anomalías que podrían haber contribuido al trágico desenlace.
El comandante Rafael Jiménez, líder del equipo de reconstrucción de accidentes de la Guardia Civil, aseguró que no hubo intención detrás del incidente. A lo largo del día, se especuló que el conductor pudo haberse confundido, pensando que los conos del control eran señales de obras en la carretera. No obstante, al final del día, se ampliaron los horizontes de la investigación para considerar todas las posibles causas del accidente.
Los investigadores han analizado minuciosamente los datos del tacógrafo del camión para determinar su velocidad en el momento del impacto, así como las huellas de frenado. El camión quedó inmóvil, perpendicular a la vía, mientras que el control estaba debidamente señalizado, según confirmó el comandante Jiménez. A pesar de ello, describió el suceso como el más devastador que ha presenciado.
El camión de carga embistió violentamente el puesto de control de la Guardia Civil. Seis vidas se perdieron en el instante, mientras que tres personas resultaron gravemente heridas. El conductor del camión, ileso en el caos, fue arrestado y enfrenta graves acusaciones: seis presuntos homicidios por imprudencia y tres cargos por lesiones graves por imprudencia. Sin oportunidad de fianza, ha sido enviado a prisión provisional.
Dos de los fallecidos eran agentes de la Guardia Civil que estaban cumpliendo su deber en el control, mientras que las otras víctimas eran civiles que se encontraban dentro de vehículos retenidos en el puesto de control. Entre los heridos graves también se cuentan miembros del mismo cuerpo.
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