El pasado fin de semana, un grave accidente múltiple en Forallac (Girona) puso de nuevo sobre la mesa la necesidad de abordar la seguridad vial desde una perspectiva criminológica. Un conductor, que dio positivo en cocaína, provocó una colisión en cadena que dejó cuatro heridos graves, evidenciando los riesgos del consumo de drogas al volante y la importancia de fortalecer tanto la prevención como las sanciones para este tipo de conductas.
La criminología vial es una disciplina que estudia los factores criminológicos y conductuales que influyen en los delitos y siniestros viales. A diferencia de la seguridad vial tradicional, que se enfoca en infraestructura y normativas, la criminología vial analiza las motivaciones del infractor, su perfil, los factores sociales y psicológicos que intervienen en su conducta y las mejores estrategias para prevenir este tipo de sucesos.
Casos como el ocurrido en Forallac demuestran que los accidentes de tráfico no siempre son meros incidentes fortuitos. Conducir bajo los efectos de sustancias psicoactivas es un delito tipificado en el Código Penal español (artículo 379.2), ya que incrementa drásticamente el riesgo de accidentes. Desde la criminología, se ha identificado que los infractores que conducen drogados o ebrios presentan patrones de reincidencia y una percepción distorsionada del riesgo, lo que hace necesaria una intervención más allá de la simple sanción administrativa.
- Perfil del infractor: Estudios en criminología vial indican que muchos conductores que consumen drogas o alcohol antes de conducir presentan una baja percepción del peligro y una tendencia a la impulsividad, lo que los lleva a asumir riesgos extremos.
- Reincidencia: Un alto porcentaje de los infractores por conducción bajo los efectos de sustancias tienen antecedentes similares, lo que sugiere la necesidad de programas de reeducación y control más estrictos.
- Impacto social: Los delitos viales no solo afectan a la víctima y al victimario, sino que generan altos costos sanitarios y económicos, además de un impacto psicológico severo en los supervivientes y familiares.
La criminología vial enfatiza la importancia de medidas preventivas como la educación vial, el endurecimiento de controles y sanciones, y el uso de tecnología (como los sistemas de detección de fatiga y alcoholímetros obligatorios en vehículos profesionales). Además, el análisis criminológico sugiere que las campañas de concienciación deben dirigirse específicamente a los grupos de riesgo, abordando la relación entre consumo de sustancias y conducción temeraria desde una perspectiva psicológica y social.
En términos penales de los delitos viales, no se trata solo de castigar a los infractores, sino de estudiar sus motivaciones, aplicar estrategias de prevención eficaces y evitar que hechos similares se repitan, protegiendo así la seguridad de todos los ciudadanos en la carretera.
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Imagen generada con inteligencia artificial.