El magnicidio, definido como el asesinato de una figura política prominente, ha sido un fenómeno recurrente y profundamente impactante en la historia de la humanidad. Este acto extremo no solo elimina físicamente a un líder, sino que también desestabiliza la estructura política y social de una nación, provocando a menudo una cascada de consecuencias imprevisibles y duraderas. Desde la antigua Roma con el asesinato de Julio César hasta los tiempos modernos con la trágica muerte de figuras como John F. Kennedy y Yitzhak Rabin, el magnicidio ha marcado puntos de inflexión críticos en la historia mundial.
El análisis criminológico del magnicidio involucra una exploración multifacética que abarca tanto los motivos y perfiles de los perpetradores como las circunstancias sociopolíticas que facilitan tales eventos. Entender las dinámicas detrás de estos actos requiere una perspectiva que considere no solo la psicología del asesino, sino también las tensiones políticas, económicas y culturales que pueden crear un caldo de cultivo propicio para este tipo de violencia extrema.
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