El sacerdote catalán Luis María Roma Pedrosa, conocido como Lucho Roma, abusó de cientos de niñas indígenas en Bolivia durante su estancia como misionero en Charagua entre 1994 y 2005. Roma documentó sus crímenes en escritos, vídeos y fotografías, descubiertos tras una investigación iniciada en marzo de 2019 por la orden religiosa en Bolivia. La evidencia era tan contundente que Roma confesó sus actos libidinosos ante notario.
En sus escritos, Roma detallaba cómo reunía a las niñas, se duchaba con ellas y les tomaba fotos para masturbarse. Además, mencionaba a su hermano Francesc, también acusado de pederastia.
La investigación duró seis meses, pero Roma murió en agosto de 2019 antes de que se concluyera. Los jesuitas no informaron a las autoridades bolivianas ni indemnizaron a las víctimas, silenciando el caso por cuatro años. El diario español El País reveló el caso junto con otro similar de Alfonso Pedrajas, otro jesuita español acusado de abusar de al menos 85 niños. La presión mediática llevó a la orden a actuar, pero la Justicia archivó el caso por falta de víctimas identificadas y la documentación quedó sin publicarse hasta ahora.
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Fuente imagen: El País