Nicolás Romanov, último zar de Rusia fue brutalmente asesinado junto a su mujer e hijos. En 1918 Rusia estaba inmersa en cambios políticos, económicos y sociales profundos que llevaron a la abolición de la monarquía zarista a través del asesinato de los miembros de la familia del zar y del propio zar.
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